Murciélagos salen tras las puertas que hoy abrí.
Esta mañana no desperté.
Ni la anterior.
Ni la anterior.
No recuerdo cuando fue
la última vez que sentí la sangre correr
Fue quizás descubriéndote los hombros.
O escuchando el extraño rumor
que haces al dormir.
(Sabía que te perdía
Sabía que eras como una canción que dejé
de cantar en mi infancia)
¿Mi última vez en el mundo?
Quizás fue corriendo tras el tiempo
que se marchaba ciego
tiempo murciélago
tiempo murciélago llevándote
llevándose
lo poco que tenía
hacia la indómita tierra
del afilado olvido.
Créanme no hay nada más horrible
Que ver al murciélago volar ciego
Ni salto al vacío más grande
Que aquel que das
al caer de los labios
de una mujer.
4 comentarios:
Hacés que me guste la poesía, es que acaso antes no la entendía.
Y tus comentarios me dan ánimos para seguir escribiéndolas. Eso sí es impagable Emma.
De todas formas, sinceras gracias.
Juan
Soy fiel a lo que me gusta y terriblemente ingrata con lo que no.
Sigo al pie del cañón leyéndote y, sin saberlo antes, dándote ánimos. Me basta con que cuando escribas un libro me dediques un par de palabras. Hecho?
Hecho.
Soy hombre de palabra Emma.
Y muy, muuuuuuuuuuuuy agradecido.
Besos.
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