jueves, septiembre 25, 2008

Despertar

Cada despertar es nacer de nuevo. No creo haber estado precisamente contento al momento de nacer.
Veamos.
Al levantarme lo primero que hago es prender el televisor. No sé porque todos los días espero allí la inequívoca señal de que el mundo explotó. Para bien o para mal. Que la lluvia gris en la pantalla susurre un 'No hay apuro. Hoy podés desayunar en la cama'
Nunca pasa.
Los primeros minutos son terribles. Los pensamientos se suceden unos a otros como lemmings descontrolados suicidándose en los acantilados de mi conciencia. Los lemmings son unos animalitos muy particulares. Cada tanto se reúnen y parten hacia el vacío. Se suicidan en masa. Sin Jim Jones, ni nada. Ni siquiera es en Guyana. Creo. Debe ser en algún lugar donde nunca pase algo interesante. Digo, los científicos no saben todavía porqué saltan. A los lemmings por supuesto, les importa un carajo.
Igual a mis pensamientos. A ellos no les importa que los considere o no. Ellos simplementen saltan:

'Llevate fruta.
Envuelto en llamas.
El toallón para el baño.
Esa camisa está sucia.
El anciano tiene alas en la espalda.
¿Martes, Miércoles? ¿Hoy juego al futbol?'

Asi.
Mi mente es comunista. A todos los pensamientos los trata por igual. Así sea algo trivial como lo que planeo desayunar, así sea la trama entera de un cuento, si no los atrapo a tiempo, allá van: A estrellarse contra las afiladas rocas del olvido.
Piensen en esto. Piensen en esto un segundo. Tanto el mejor cuento que jamás escribí como una forma de comprar un monitor en cuotas se estrellaron ahí.
En la nada.
Todo esto, en los minutos que suceden al simple hecho de levantarme cada día.
Unas pocas ideas quedan con los huesos rotos en el fondo, y puedo escuchar sus quejidos de dolor. De hecho, esos son mis cuentos. Moribundos ecos de nebulosas llamándome por mi nombre. Llaman y no les importa si tomo nota. No les importa si tengo tiempo. Ustedes si agonizaran, harían lo mismo. Es una cuestión de perspectiva, no las culpo.
La mayor parte del tiempo no estoy listo, no estoy lo suficientemente despierto o lo suficientemente dormido para entender su mensaje.
Pobres.
Pobres.
Llevándoles mensajes al hombre equivocado.
Espero que no haya algo así como el Juicio Final de los Escritores porque voy derecho al infierno.
Allí me veré con algunos de ustedes.
Eso seguro.
Divago.
Lo importante nunca es dicho.
Soy el hombre equivocado, soy Yo contra el mundo.
Yo contra el mundo.
Me gusta eso.

2 comentarios:

Emma dijo...

¿Ya te despertaste?
Me encantaría verte despertar, sin estar allí, poder espiarte a través de una hendija y que vos no lo sepas.
Mirar estrellarse los pensamientos, debe ser un espectáculo.
Beso.

J.P. Gutièrrez dijo...

Todavía no desperté del todo, dividí al post en dos partes.
Podrías estar y ayudarme a recoger las partes que quedan en el piso.
Uno nunca sabe que puede encontrar.
Besos, y gracias totales por pasar siempre.

Juan.-