sábado, abril 25, 2009

Crítica: La Leon

Una mirada distante hacia un mundo lejano.


¿Se puede hablar el lenguaje de lo desconocido?
Esa es la primera pregunta que me surje luego de ver La leon, ópera prima del director bonaerense Santiago Otheguy.
Apoyado en una bellísima fotografía, el film narra la historia de Álvaro, un habitante del delta del Tigre, y su homosexualidad encerrada en mundo viril y estático, donde su única relación con el mundo exterior es a través de la lancha El león, tripulada por el Turu, personaje que se termina involucrando con Álvaro en una extraña relación de deseo brutal.
Desde los primeros minutos, sabemos que nos vamos a encontrar con una película lenta, casi sin diálogos, donde los gestos, las miradas(como la de la escena en la que Álvaro se baña delante del Turu) nos van a obligar a construir las emociones dentro nuestro. Asumido ese compromiso, podemos suponer que se cuenta una historia, quizás intrascendente, pero historia al fin.
A mi modo de entender, la narración es demasiado plana: los hechos se suceden sin que exista la más mínima tensión, somos fríos espectadores de un incendio, de un asesinato, y a pesar de eso, lo que más conmueve es la escena de la muerte de un viejo, amigo de Álvaro, quizás porque en esa escena la poesía del lenguaje audiovisual usado por el director sí es eficaz a la hora del uso de las elusiones. Luego, durante el film, nos enfrentamos a una historia que parece narrada desde un punto de vista frío y obtuso, se cae en una realidad demasiado obvia, donde los personajes pierden riqueza debido a su mismo realismo.
La homosexualidad de Àlvaro dentro de un contexto de absoluta virilidad lo convierte en un personaje abstraído, apático, donde su humanización es casi un cliché del género, como la escena en la que va a ver como se baña un compañero de trabajo.
Pareciérase que el director planteo un film donde los lugareños son ignorantes y hablan bajito, y Álvaro una figura impuesta para generar los conflictos que discurren en el film.
Por eso, mi pregunta es la siguiente:
¿Es la vida del Delta tan pobre en conversaciones? ¿O el director sólo muestra eso porque fue lo que vió cuando filmó?
Es sabido que las culturas de ese tipo son reacias a los extraños, y quizás eso fue lo que le pasó Otheguy cuando estuvo allí, aunque la ignorancia de la gente no necesariamente ES lo que pasa en el lugar.
Está claro y estoy de acuerdo en que es un lugar estático, y eso se transmite dentro de los planos generales del film, donde la cámara está la mayoría del tiempo lejana, como ajena a ese mundo.
Pero mi desacuerdo mayor está en acercarse a un realismo "asumido" y con ésto, opacar a los personajes, que terminan siendo no más que rostros fotografiables.
Dentro de los aspectos técnicos, vuelvo a sostener la importancia de la maravillosa fotografía del film. Ésta vuelve ameno y enriquecedor el visionado de la película. El sonido me pareció pobre, en algunos casos es casi inaudible lo que dicen algunos personajes, y vemos otra vez como tratar de ir hacia ese ya mencionado realismo atenta contra la comprensión de la obra. En las actuaciones, se nota la diferencia entre actores y no actores por el tono de voz(a los no actores casi no podemos escucharlos) y fue, dentro de mi punto de vista, complicado no hacer esa separación. La música sólo aparece pocas veces, y no me pareció digna de destacar.
Volviendo a mi idea inicial, y para no extenderme, creo que estamos delante de un film con buenas intenciones, pero que se ahoga en su intento de hablar de una realidad desconocida, ajena: La historia sucumbe porque es previsible, y si hay algo en lo que la realidad siempre superó a la ficción, y lo que la ficción trata una y otra vez de copiar, es el desconcentador grado de imprevisibilidad de la realidad misma.

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