miércoles, marzo 18, 2009

Al borde del mundo salté

Estábamos parados al borde del mundo.
Vos me gritabas que salte, una y otra vez.
Yo no quería. Me da miedo la incertidumbre.
Me gritabas que salte. Te hacías escuchar
por encima del viento, por encima de la voz
de la multitud, por encima de mis propios
gritos.
- Toma mi mano y salta. - dijiste.
Y lo hice.
Y en ese fugaz instante, al borde del mundo,
al borde de tus labios, mi boca se quemó con
el sabor de la inmortalidad.
Ahora sólo me queda averiguar si tus alas de
libélula me salvarán del abismo.
Lo único que me queda es cerrar los ojos,
escucharte cantar, y soñar.
Soñar.
Soñar.

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