3:30 Am del sábado y suena mi celular. Estaba durmiendo. Había escrito(muy raro, si) aprovechando el silencio del departamento por la noche, y me había acostado tarde. Sin saber donde estaba, quién era yo, y esas cosas que poco importan a esa hora, atendí. Se escuchaba mucho ruido de fondo, y no entendía nada. La llamada se cortó.
Envío un mensaje al corresponsal de guerra que llamaba porque de verdad me preocupé. 3:30 Am, recuerden. Llamada con gritos. Madrugada. Mala combinación.
Otra vez suena el teléfono, y ya más despierto, escucho esto:
No pude ir a verlos esta vez. Pero me encantan. Y si, ese cover de Massacre, es mi preferido. Significa mucho para mi. Mucho.
La noche siguió su marcha, y pude escuchar otros temas. Temas maravillosos. Canciones que amo desde que las escuché por primera vez.
Sobre mi cama descansaba un nuevo cuento. Génesis o El nuevo Adán, aún no me decido por el título.
Todo eso me bastó para ser feliz.
Gracias por acordarte.
Te debo una.
2 comentarios:
Las llamadas o mensajes a esa hora de la madrugada tienen un encanto particular, aunque cueste volver a conciliar el sueño, dejan algo especial, y suelen cambiar el rumbo de la noche.
Me encantaría leer ese cuento.
Sil.
Me encantó! Gracias por compartirlo.
Besos.
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