lunes, junio 23, 2008

El fin de los tiempos, vuelve M. Night Shyamalan

Criticar una película de uno de mis directores preferidos es difícil. Alguna vez escribiré porque me parece uno de los mejores narradores visuales contemporáneos.

Estrictamente a lo que a su nuevo opus se refiere, debo decirles que estoy delante de un film complicado para el espectador promedio. ¿Por qué complicado? Porque, siguiendo con la fórmula que probó en la inspiradora La dama del agua, el director hindú vuelve con una trama que puede resultar irreal o demasiado artificial. Lo que no es así. Si bien ayuda a esa idea la caracterización caricaturizada de los personajes principales y sus conflictos(lo que a mi modesto entender, M. Night buscó) no es hasta que la amenaza es develada que comenzamos con nuestras dudas hacia la consistencia del guión.

Claro, los primeros diez minutos son tremendos, colosales, y si la película entera fuera eso quizás nuestros apetitos sádicos se verían satisfechos. Pero M. Night no es Eli Roth(Hostel, Cabin Fever) y se inclina hacia un planteo donde lo gore y lo extremo no serán meros ejemplos de perversión, sino de perturbadoras conductas humanas. De hecho, las personas sensibles a las escenas fuertes sería mejor que ni se acercaran al cine. Recuerdo la escena de la señora frente a la ventana en la casa de campo y la de los niños pateando una puerta entre varias más. No va a ser fácil olvidarse de las mismas.

Hay críticos que opinen que M. Night se parodia a si mismo. Creo que detrás de ese desprecio por el cine de género se esconde la impotencia del necio ante las mentes creativas. Eso será tema de otro post.

Volviendo al Fin de los tiempos, en lo que se equivoca es en los diálogos y los conflictos entre los personajes. No había visto una película de M. Night en la que no me simpatizara ninguno de los actores y en ésta me pasó. Ojo, también sentí lo mismo con la última novela que leí de Stephen King, titulada Cell, y con la que bien se podrían trazar paralelos con ésta película, aunque sólo en el comienzo(ambas comienzan en un día normal en un parque en que la gente comienza a perder el control) dado que después las historias se alejan, King se inclina más hacia la acción a lo George Romero(creador del sub-género de pelis de zombies) y M. Night va hacia su ya probada(en Señales) atomización de un problema global en un pequeño grupo de personas. Whalberg está bien, nada más que bien, y Leguizamo está desaprovechado. También cuestionaría el final de la película, del cual esperaba más. Quizás el error es mío por especular con los típicos finales a los que me acostumbró este maestro de los giros sorpresivos.

James Newton Howard cumple entregando un main theme interesante, aunque su música no es tan destacable en este film como en los anteriores.

Por último, dejo bien en claro que M Night sigue contando con toda mi admiración. Pasó un día y no puedo dejar de pensar en que me gustó y que no de la película, en su mensaje ecológico, en sus inolvidables escenas. Eso es lo que busco del cine. La trama puede ser volada, si. Aún así su originalidad es admirable.

Si a las dos cuadras hubiera podido pensar en otra cosa, el esfuerzo del autor hubiera sido en vano. No digo que no me gusten películas como Transformers o Jhon Rambo. Sólo digo que cuando una película toca alguna fibra íntima bien dentro nuestro, no es sencillo olvidarla. Y M. Night, aunque en este film está lejos de sus mejores obras, otra vez lo hizo. Y yo lo celebro.

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