martes, abril 29, 2008

Estreno 29 años

Bien, hay momentos en la vida en que uno asume lo que es, asume sus errores, encuentra su lugar en el orden invisible de las cosas. No, no es mi caso. Pero conozco amigos a los que les pasa.
Si tuviera que hacer un balance, por supuesto, hay muchos caminos que me hubiera gustado tomar, muchas personas que perdí(o que pierdo aún teniéndolas ahi, al alcance de mi mano), muchas personas a las que me gustaría no haber conocido jamás(amores frustrados sobre todo... sip, las que tuve/tengo al alcance de mi mano), muchos jeroglíficos que no supe descifrar.
Allí sigue el mundo, escurriéndose, doliendo como algo que no voy a terminar jamás de parir, algo que amo a pesar de todo el dolor que me causa.
Pero sigo creyendo, y lo dejo anotado acá para no olvidarme nunca: 'Hay belleza en el mundo, y vale la pena pelear por ella'

Yo, con un buen rock de fondo, sigo peleando.


domingo, abril 13, 2008

Botella al mar

¿A veces se creen solos, náufragos de ciudad?
Aquí les va una botella que arrojo al mar.



Cada mañana, al levantarse, ¿qué es lo que les recuerda que están vivos?

Luego de estar en la Tierra de lo Imposible, ¿qué les avisa del mundo que está afuera, esperándolos?

¿Es el frío de las baldosas en los pies?

¿Es la caricia de alguien en sus espaldas?

¿Es el agua de la ducha limpiando sus sueños?

¿Cuando vuelven?

¿Cuando dejan los ángeles y los demonios atrás?

Al ponerse los zapatos, ¿deján de cantar las voces de los muertos?

¿Se sientan, juntan las manos y por un momento les parece que son demasiado chicos para un mundo tan grande?

¿Es el rompecabezas muy difícil de armar?

¿Sienten que la presión a su alrededor los ahoga como si despertaran en el fondo de un mar?

Entiendo.

Todos volvemos solos de los sueños.

Cada nacimiento es un nacimiento en soledad.

Tomen sus linternas y vengan por mí.

Haremos figuras de luz en la oscuridad.

domingo, abril 06, 2008

R.I.P. Layne Thomas Staley



Ayer se cumplieron seis años de la muerte del cantante original de Alice In Chains, y de Mad Season, Layne Staley. Uno de los más grandes, sin duda. No habrá otro igual.



Atrapado por sus adicciones, su cuerpo fue encontrado dos semanas después de muerto, el 19 de abril de 2002. Speed-ball, una combinación de heroína y cocaína(no se andaba con vueltas) fue la causa de la muerte.

En lo estrictamente musical, que es lo que a mi me importa, Layne fue la voz de una generación hastíada y perdida en el comfort y la apatía de los '90.


Uno de mis preferidos, el tema se llama I stay away.

Su música sigue inspirándonos.



Algunas personas no saben canalizar el dolor que les genera el mundo. Asi de sencillo


Descansa en Paz, Layne, todos te extrañamos.-

sábado, abril 05, 2008

The Mist parte 2 - Baraka




Baraka es palabra sufí, cuya traducción sería bendición, aliento o esencia de la vida

El tema que acompaña las imágenes finales en "The Mist" está realizado por Dead Can Dance, se llama The host of Seraphine. Asociar estos músicos con la película Baraka fue instantáneo, de hecho ya había escuchado la canción allí, con otro contexto de imágenes también muy conmovedoras.



Baraka es un gran film/documental dirigido por Ron Fricke, lanzado al mercado en la década(¿tengo que agregar "tenebrosa" sólo por ser agentino?) del '90.
La película es una gran experiencia audiovisual, vanguardista, una combinación de imágenes impactantes de 24 paises del mundo(la disimilitud de las realidades reflejadas casi me lleva a escribir "24 planetas distintos") acompañada por una música entre estremecedora y neo-clásica. Ultra recomendable si la encuentran, pero advertencia: No hay historias, no hay diálogos, solo un pasaje que nos lleva por regiones místicas o salvajes a la mecanicidad del mundo moderno y de la sociedad de consumo.
Ojalá llegará a la paz(a la inmortalidad iba a decir...?) de este primate:




Volviendo a las comparaciones, la diferencia entre The mist y Baraka en los momentos donde suena The Host of Seraphine son pocas a mi entender. En ambas, vemos al horror engendrado por nuestro increíble egoísmo, nuestra implacable ceguera.